Soy Esther y este es mi nuevo blog… Un lugar donde me gustaría compartir las recetas que conozco con vosotros. Esas que nos han enseñado nuestras madres con ingredientes tradicionales y otras incorporando productos de diferentes países.
En un robot o con la batidora trituramos la cebolla pelada y cortada en trozos, el jengibre rallado, el ajo picado, la guindilla sin las semillas, el comino, la cúrcuma, la canela, el pimentón, el cilantro, el tomate concentrado y el aceite de oliva. Debemos conseguir una pasta homogenea. Reservamos.
Lavamos la berenjena y el tomate y los cortamos en trozos grandes (como de 3 centímetros). Lavamos también las espinacas y reservamos.
En una sartén o cazuela grande con una cucharada de aceite de oliva ponemos la pasta que teníamos reservada. Incorporamos los dados de berenjena y removemos bien. Cocinamos a fuego suave durante unos 10 minutos.
En este momento cubrimos con el caldo de verduras o agua y dejamos cocinar todo junto durante unos 30 minutos.
A continuación incorporamos los tomates que teniamos también troceados y cocinamos otros 10 minutos.
Por último añadimos las espinacas y mezclamos. Rectificamos de sal y pimienta. Apagamos el fuego y dejamos que se pochen con el propio calor del guiso.
Servimos con cilantro picado y podemos acompañarlo de arroz basmati o de un delicioso pan naan.
Hoy vamos a preparar una receta un poquito festiva podríamos decir, porque es realmente bonito el resultado una vez horneado. Además es un entrante ligero con un poquito de gracia, para un fin de semana de picoteo o para una celebración familiar.
Lo vamos a rellenar de espinacas para compensar un poco el saquito de filo, pero resulta realmente ligero. Pero os podéis imaginar la cantidad de rellenos que podemos utilizar para esta receta.
Las espinacas son unas verduras con muy pocas calorías, 23 por cada 100 gr y también son ricas en calcio. Además nos aportan como muchas otras verduras, vitaminas, minerales y sonuna fuente potencial de antioxidantes naturales.
Además lo acompañamos con un poquito de queso ricotta o si quereis de requesón que nos aportan proteína de alto valor biológico y que es perfecto porque tiene un sabor suave que acompaña fenomenal a este plato.
Receta de Saquitos de masa filo con espinacas, queso ricotta y pasas
Ingredientes
(6 unidades)
300 gr de hojas de espinacas
1 cebolla mediana
Queso ricotta
25 gr de uvas pasas
Masa filo
Mantequilla
Sal y pimienta
Preparación
Primero ponemos nuestras uvas pasas en remojo.
Picamos la cebolla en brunoise pequeñita y la sofreímos en un chorrito de aceite.
Cuando este dorada, añadimos las espinacas y las tapamos con una tapadera para que se cocinen con el vapor.
Una vez las tenemos cocidas (al dente a ser posible), escurrimos las pasas y las incorporamos a las espinacas. Salpimentamos y reservamos.
Para preparar los saquitos de masa filo primero derretiremos un poco de mantequilla en un recipiente y cogeremos una brocha. Hay que tenerlo todo preparado para no dejar la masa mucho tiempo al aire porque es delicada y se nos secaría. Y una vez que se seca no se puede manipular porque se rompe fácilmente.
Como vamos a hacer los saquitos con tres capas cuadradas de masa filo, podemos ir calculando las laminas que necesitamos y el resto las dejamos en la bolsa. Las iremos sacando según vayamos rellenando la masa para que así no se estropeen.
Cortamos la hoja de masa en cuatro partes y las pintamos con la mantequilla derretida.
Ponemos una lámina encima de otra. Yo he puesto tres para que se cocine después correctamente.
Colocamos en medio del cuadrado de masa un poco de relleno de espinacas, sobre éste un poco de queso ricotta, y cerramos el saquito como muestra la imagen. Y ya tenemos uno preparado.
Rellenamos todos hasta terminar nuestro relleno y los vamos colocando sobre el papel de horno de una bandeja.
Horneamos en el horno precalentado a 170º C, calor arriba y abajo, hasta que estén cocinados y veamos que los envoltorios están dorados. Dejamos templar antes de colocarlos sobre un plato porque se pueden romper.
Para preparar la masa de las crepes, ponemos todos los ingredientes en un recipiente y los mezclamos bien hasta que quede una masa homogénea y sin grumos. Dejamos reposar mínimo media hora. Si hace mucho calor reposará en la nevera.
Mientras que reposa la masa comenzaremos a hacer el relleno. Cortamos los espárragos en trozos pequeños y los salteamos en una sartén.
A continuación haremos lo mismo con las setas. Las cortaremos en tiras y las saltearemos en una sartén.
Salpimentamos los filetes de pollo y los hacemos a la plancha con un chorrito de aceite. Cuando se enfríen, los cortamos en trocitos pequeños del tamaño de las verduras. Juntamos todos los ingredientes y los reservamos.
Para hacer la salsa que acompañará los crepes, ponemos la nata y el queso azul en un cazo hasta que el queso se derrita. La cantidad de queso dependerá de nosotros y lo que nos guste el queso azul.
Para preparar las crepes necesitaremos una buena sartén antiadherente. La engrasamos con un poco de aceite con un papel de cocina, no debe tener exceso de aceite.
Calentamos la sartén y cuando haya tomado temperatura vertemos el líquido de crepes en el centro de la sartén, y mientras con la otra mano vamos girando la sartén hasta que la masa cubra toda la base.
Bajamos un poco la temperatura y dejamos cocinar uno 2 minutos o hasta que los bordes empiecen a levantarse. Cogemos con cuidado por los bordes y le damos la vuelta. También podemos hacerlo con una espátula. Doramos otro minuto por el otro lado y retiramos. Para mantenerlas calientes yo las meto dentro de un trapo limpio de algodón. Tambien se pueden mantener calientes metiéndolas en una papel film. Repetimos el proceso hasta terminar la masa.
Para montar el plato solo tenemos que poner el relleno caliente en un extremo de la crepe y cubrir con un poco de salsa de queso. Enrollamos la crepe y ponemos un poco de salsa por encima o a un lado para poder mojarla. Esto es opcional. Repetimos este proceso con todas las crepes.
Y ya están listas para servir. Si os sobra alguna crepe podéis guardarla en papel film en la nevera y calentarla en la sartén cuando vayáis a consumirla.
El guacamole es un entrante muy sencillo de realizar. No necesita ingredientes difíciles de encontrar en el mercado porque si hay alguno que no podemos localizar se puede sustituir por otro.
En mi caso el chile lo he sustituido por tabasco pero si podéis encontrar chile, no es necesario este ingrediente.
En su origen se preparaba únicamente con aguacate, zumo de limón y chile. Después se fueron añadiendo otros ingredientes como el cilantro o la cebolleta. Podéis adaptar la receta a vuestro gusto.
Receta de Guacamole
Ingredientes
1 aguacate
Zumo de lima o limón
Cebolleta tierna
1 tomate maduro
Cilantro
Tabasco o chile
Pimienta y sal
Preparación
Cortamos el aguacate por la mitad y sacamos el hueso. Cogemos la carne del aguacate y la ponemos en un recipiente con el zumo de media lima, para evitar que se oxide mientras preparamos el resto de ingredientes. Yo lo he ido machacando con la mano del mortero para conseguir una textura gruesa, pero también lo podéis hacer con un tenedor.
Cortamos el tomate en cuadrados y lo incorporamos al recipiente donde tenemos el aguacate.
Cortamos tambien la cebolla tierna en cuadrados muy finitos.
Picamos las hojas de cilantro e incorporamos ambos con el aguacate.
Una vez tenemos todo bien mezclado es el momento de aliñar con la sal, un poco de pimienta y el picante. Lo aliñaremos a nuestro gusto, pudiendo rectificar siempre añadiendo un poco más de lima, sal o de tabasco o chile.
Lo dejamos reposar en la nevera para que se esté fresco a la hora de servir. Para que la superficie del guacamole no se oxide, lo cubrimos con papel film de manera que el film esté en contacto con la superficie del guacamole.
Ya sabéis que el invierno es temporada de coliflor y aunque podéis encontrar en el mercado todo el año, es ahora cuando debemos aprovechar para cocinar con ella porque es cuando se encuentra en su mejor momento.
Es un alimento con muy poco aporte calórico ya que está compuesto principalmente por agua. Pero es una muy buena fuente de fibra, vitaminas, acido fólico y minerales. Dependerá qué pongáis por encima de la base que la receta sea más o menos calórica.
Además gracias a su elevado contenido en agua y potasio y bajo aporte de sodio, consumir coliflor favorece la eliminación del exceso de líquidos del organismo.
Esta receta que voy a preparar hoy es un poco inusual porque la base de la pizza está hecha con la coliflor, es decir, no lleva ningún tipo de harinas. Por lo que es apta para celíacos.
Receta de Pizza de coliflor con tomate y rúcula
Ingredientes
(para una pizza pequeña)
250 gr de coliflor (blanca en este caso)
140 gr de mozzarella
25 gr de queso rallado (del que más os guste)
1 huevo
1 tomate tigre
1/4 de cebolla o cebolleta
Rúcula
Aceite de oliva, sal y pimienta
Preparación
Precalentamos el horno a 180ºC
Cogemos los racimos de coliflor y los ponemos en el accesorio picador de la batidora. Si no tenéis este accesorio, los podéis rallar en un rallador.
Para quitar el exceso de agua de la coliflor, colocamos la especie de sémola que hemos obtenido al rallar o al triturar, en un paño limpio y apretamos hasta que escurra del todo. No saldrá agua a gotas, pero el paño se quedará mojado.
Volvemos a colocar la coliflor en un recipiente junto con la mozzarella cortada en trocitos, el huevo, el queso rallado, la sal y la pimienta al gusto. Mezclamos todos los ingredientes hasta que consigamos tener una mezcla homogénea.
Ponemos esta masa resultante en una hoja de papel vegetal y colocamos otra hoja encima de la masa. Extendemos la masa con ayuda de un rodillo.
Una vez estirada nuestra masa, le quitamos el papel que la cubría y la metemos al horno durante unos 15 minutos.
Pasado este tiempo la sacamos del horno y le colocamos por encima los tomates cortados en rodajas finas, la cebolla en juliana y la rúcula. Sazonamos al gusto y le ponemos un chorro de aceite de oliva. Volvemos a meter en el horno a 180ºC durante unos 10 ó 15 minutos más.
Sacar y dejar reposar antes de servir. La textura de esta pizza es blanda, tendréis que comerla con tenedor porque no se queda con la textura de pan.
La berza o col gallega es una planta de la familia de la col. Se caracteriza por unas hojas grandes, verdes y carnosas que se cultivan en invierno y que son muy utilizadas en diferentes tipos de guisos tanto en España como en Portugal.
La berza es una hortaliza con un alto contenido en agua, fibra y vitamina C, lo que la hace perfecta para comer en invierno. Además es rica en calcio y minerales.
Se puede encontrar guisada con patatas, con garbanzos, con costilla, en potes, en sopas…Las variedades son múltiples. Yo os dejo una receta bastante sencilla pero muy sabrosa para comenzar a conocerla.
Receta de Berzas guisadas con patatas
Ingredientes
2 hojas grandes de berza
2 patatas
2 c. s. de pimentón dulce
4 dientes de ajo
Sal y pimienta
Preparación
Lavamos las hojas de berza y las cortamos en trozos de unos dos centímetros. Las ponemos en una cazuela y las cubrimos con agua. Dependiendo del tipo de berza tardarán más o menos en cocinarse, estas sobre una hora en una olla normal. Pero si queréis acortar la cocción podéis hacerlas en la olla exprés. Es importante que tengan caldo porque después lo usaremos.
Una vez cocidas, las escurrimos y reservamos el agua de la cocción.
En ese mismo caldo cocemos las patatas que habremos pelado y chascado en trozos. Cocemos las patatas unos 20 minutos.
Sacamos las patatas de la cazuela reservando el caldo.
En una sartén ponemos un chorrito de aceite de oliva y sofreímos los ajos cortados en cuadrados pequeños o en láminas finas.
Una vez que tenemos los ajos tostados, retiramos la sartén del fuego y añadimos el pimentón. Removemos para que se mezcle todos bien.
Es aquí cuando incorporaremos a la sartén las berzas cocidas y las patatas. Salpimentamos y dejamos que se cocine todo junto unos cinco minutos. Incorporamos un poco de caldo de la cocción para que se haga una especie de caldito que será algo espeso gracias a las patatas que soltarán el almidón y le darán un toque espectacular a nuestro plato. Y ya las tendremos listas para comer.
Para aprovechar las maravillosas coles de bruselas que podemos encontrar por estas fechas en el mercado, vamos a preparar un plato que iría perfecto como acompañamiento de una carne en la cena de Nochebuena o el día de Navidad.
Es una verdura de invierno que o la amas o la odias, pero al prepararla de esta manera puede que te resulte más sencillo consumirla e incluso puede que llegues a quererla. El característico sabor amargo que tienen la hace perfecta para acompañar carnes o ahumados. Es una verdura que tiene muy pocas calorías y muchas propiedades, como un alto contenido en vitamina C.
Aquí las he preparado siguiendo una receta del cocinero Jamie Oliver que las acompañaba con salsa inglesa o Perrins. Yo he puesto bastante menos cantidad que él, pero el sabor dulce de esta salsa ayuda a que el amargor de las coles sea más ligero y quedan con una textura y sabor muy agradable.
Para estos días en los que las comidas son tan copiosas son una muy buena opción para acompañar a vuestros platos.
Receta de Coles de bruselas salteadas con bacon ahumado
Ingredientes
250 gr de coles limpias
100 gr de bacon ahumado loncheado muy fino
1/2 cebolla
1 c. s. rasa de harina
1 c. s. de salsa inglesa (Lea&Perrins)
1/4 c. c. de romero seco
1 nuez de mantequilla
Agua, sal y pimienta
Preparación
En una sartén con un chorro de aceite de oliva saltearemos el bacon que previamente habremos cortado en trocitos pequeños. Cuando lo tengamos listo, retiramos y reservamos.
En ese mismo aceite sofreímos la cebolla cortada en cuadraditos pequeños. Cuando la tengamos blandita y dorada, incorporamos una cucharada de harina y removemos hasta que se cocine. Esto hará que nos queden unas coles con una textura muy cremosa.
Cuando la harina se haya cocinado, un par de minutos, incorporamos a la sartén la nuez de mantequilla y dejamos que se mezcle con la cebolla.
Para preparar las coles, simplemente debemos cortarlas una vez las tengamos limpias, en láminas todo lo finas que podamos.
Las ponemos en la sartén donde tenemos la cebolla junto con el bacon que habíamos reservado.
Salpimentamos y ponemos un poquito de agua. Las tapamos con una tapadera para que generen vapor y esto hará que se vayan ablandando. Debemos darle la vuelta de vez en cuando y vigilando que no se queden sin líquido.
Una vez que las tengamos cocidas a nuestro gusto, incoporamos el romero y la salsa inglesa. Mezclamos todo bien y reservamos tapadas hasta la hora de servirlas.
El cuscús es un plato tradicional bereber que está hecho principalmente con sémola de trigo, verduras y carne.
La manera tradicional de cocinarlo es en una olla grande que dispone en la parte de arriba de una vaporera. De manera que en la parte de abajo se cocinan las verduras y la carne en su caldo, mientras que en la parte de arriba se cocina el cuscús.
El cuscús dependiendo de la región donde nos encontremos se cocina de una manera u otra. Cuando el guiso es de ternera se suele acompañar de verduras. Mientras que cuando la carne utilizada es el pollo, el acompañamiento es de cebollas caramelizadas con pasas, canela y garbanzos. En las festividad del Eid Al-Adha se prepara con cordero.
Yo la receta que hago en casa es una mezcla de ambas (pollo y ternera). Nos encanta el contraste del guiso salado con todas las especias y el dulzor de la cebolla caramelizada. Pero podéis elegir una de las dos opciones.
Receta de Cuscús de pollo, ternera y verdurascon cebolla caramelizada
Ingredientespara el cuscús
(para 8 /10 personas)
Cuscús precocido
1/2 pollo
500 gr de carne de ternera (ragú en este caso)
1/2 calabacín grande
1 zanahoria
1trozo de calabaza
1 nabo
1 trozo de yuca
2 tomates
1 cebolla
300 gr de garbanzos cocidos (pueden ser de bote)
Cilantro fresco
Perejil fresco
1 rama de canela
1 c. c. de pimentón rojo dulce
1/2 c. s. de pimienta negra molida
1 c. s. de jengibre molido
1 c. s. de comino molido
1 c. c. de anís en grano
1/2 c. c. de pimienta blanca (opcional si quieres que pique un poquito, aunque con el jengibre puedes solucionarlo)
Sal, agua y aceite de oliva
Ingredientes para la cebolla caramelizada
1 cebolla en juliana
30 grs de pasas sin semilla
1 c. s. de azúcar moreno
1/4 c. c. de canela en polvo
Preparación
Empezaremos preparando los ingredientes para elaborar la cebolla caramelizada. Para ello, colocaremos en un cazo la cebolla cortada en juliana con un chorrito de aceite de oliva y dejaremos que se vaya ablandando para que suelte el agua. Podemos taparla con una tapadera para ayudarla en el proceso.
Una vez que esté blanda y haya cogido un color dorado, añadimos el azúcar moreno y dejamos a fuego a medio que se vaya cocinando. Vigilando que no quede seca porque se nos pegaría. Cuando esté casi lista, añadimos las pasas y la dejamos un poquito mas para que las pasas se ablanden. Si es necesario añadiremos un poco de agua. En el último momento incorporamos la canela molida, removemos bien y reservamos.
La textura que nos queda es la de una mermelada de cebolla de color oscuro donde se ven los trozos de cebolla pero están muy blanditos (se puede observar el color en la foto principal)
Para empezar a preparar el guiso, en una cazuela grande con un chorrito de aceite de oliva, rehogamos la cebolla cortada en cuadrados pequeños. Dejamos que se ablande en la cazuela.
En este momento metemos los trozos de pollo que tendremos limpios sin piel y salpimentados. Dejamos que se marquen por ambos lados y los retiramos.
A continuación hacemos lo mismo con la ternera. La salpimentamos y la marcamos en la olla donde tenemos la cebolla. La retiramos.
Incorporamos las especias a la olla y damos vueltas hasta que se integre todo bien con la cebolla. Podemos echar un poquito de agua para que no se quemen.
En este momento metemos la carne que teníamos reservada en la olla y cubrimos de agua. Dejamos cocer hasta que la carne esté tierna. Debemos ir desgrasando y quitando la espuma que vaya saliendo para que nos quede un caldo perfectamente limpio. Como el pollo se cocerá antes que la ternera, cuando lo tengamos listo lo retiramos de la olla y dejamos la ternera hasta que se cocine por completo.
En esta imagen se aprecia cómo se va formando la espuma que debemos quitar y también la grasa.
Ua vez que la carne este cocida, retiramos del caldo y reservamos.
Ahora empezaremos a cocinar las verduras. Debemos hacerlo por tandas porque tienen diferentes puntos de cocción y debemos dejarlas al dente.
Las cortaremos en trozos medianos y las iremos poniendo en el caldo y sacándolas según se vayan cocinando. Así hasta que hayamos cocido todas las verduras. Reservamos calientes tapadas en una bandeja.
Ahora vamos a terminar de preparar el caldo. Para ello pelaremos los tomates y los cortaremos en cuadraditos. Para pelarlos rápidamente sin necesidad de escaldarlos podemos utilizar un cuchillo de sierra. Los ponemos en la olla donde tenemos el caldo. Dejamos que hiervan unos 10 minutos para que se cocinen.
Después añadimos el cilantro (doble cantidad que perejil) y el perejil picado, y los garbanzos cocidos. Dejamos que cueza todo junto unos 5 minutos. Rectificamos de sal y especias y ya tendríamos el caldo listo para servir.
Para preparar el cuscús simplemente debemos seguir las instrucciones del paquete. Recordad que podemos hacerlo al vapor que es un proceso bastante más lento y que requiere algo más de práctica o hirviendo agua. Si lo preparáis al vapor sobre la cazuela donde estáis cocinando la carne y las verduras, tomará los aromas de las especias y tendrá una textura mucho mas esponjosa. Si lo hacéis hirviendo agua es bastante más rápido y sencillo. Ponemos a hervir agua. En un recipiente grande (ya que el cuscús una vez cocinado dobla su volumen) ponemos el cuscús con sal y aceite de oliva. Lo mezclamos todo bien. Cuando el agua rompa a hervir, la dejamos reposar unos minutos y la vertemos sobre el cuscús seco. Debemos poner la cantidad de agua exacta porque si no el cuscús quedara pastoso. Esta cantidad es la que cubra el cuscús y un centímetro por encima. Es preferible no echar de más y si necesitamos, añadirla a posteriori. Dejamos reposar hasta que haya absorbido todo el agua. Cuando haya desaparecido todo el agua, debemos desgranarlo (separarlo para que quede bien suelto). Podemos hacerlo con un tenedor removiendo o con las manos.
Para servirlo, pondremos en un plato primero el cuscús, alrededor dos trocitos de cada tipo de verdura dejando un hueco en el centro donde colocaremos la carne. Encima rociaremos el caldo con los garbanzos y por último una cucharada de cebolla confitada.
Me encantan este tipo de pastas de verduras tipo humus, patés vegetales, donde puedes mojar tanto crudités de verduras como cualquier tipo de snack, poner de acompañamiento de unas patatas asadas o para mojar la tortilla. De verdad que me parecen una manera estupenda de aprovechar las verduras y disfrutar de su máximo sabor.
Así que aprovechando que estamos en temporada de pimiento rojo y antes de que se termine os animo a que hagáis este paté. Os sorprenderá su sabor.
Receta de Paté de pimientos rojos
Ingredientes
300 gr de pimiento rojo
30 gr de almendra molida
4 dientes de ajo
Un chorro de aceite de oliva
Perejil
Sal, pimienta y comino al gusto
Preparación
Precalentamos el horno a 180ºC calor arriba y abajo. En una bandeja de horno colocamos los pimientos y la cabeza de ajo y echamos un chorrito de oliva por encima. Metemos al horno y dejamos que se asen los pimientos y la cabeza de ajo. Le vamos dando la vuelta a los pimientos para que se asen por igual. Esto tardará unos 25 minutos.
Una vez se han asado los pimientos y el ajo, dejamos que templen un poco y los pelamos. Les quitamos los nervios blancos internos y las pepitas. Los ponemos en un recipiente.
Para sacar la carne de los ajos asados, simplemente debemos estrujar la cabeza de ajo y saldrá el puré de ajo.
Ponemos el puré de ajo junto a los pimientos asados. Incorporamos la almendra molida, un chorrito de aceite de oliva, la sal, pimienta y el comino. Trituramos con la batidora hasta conseguir la textura adecuada.
Si es necesario rectificamos de sal o comino.
Una vez lo tenemos listo para servir, espolvoreamos un poco de perejil picado. Debemos dejarlo enfriar antes de servir.
Las pencas a la navarra que prepararemos hoy son las que prepara Juan Pozuelo en el programa Canal Cocina. Es perfecta cuando tienes unas acelgas grandes con unas pencas hermosas y grandes, que era mi caso.
Aprovechando que las acelgas son bajas en grasas, vamos a añadirle a esta receta alguna caloría de más al incorporándole las almendras y unos taquitos de jamón crujiente que las harán deliciosas.
La acelga, ahí donde la veis, es supernutritiva. 200 gramos de acelgas cubren un alto porcentaje de las necesidades diarias de potasio, calcio, magnesio, hierro, vitamina C, E e incluso A. Así que incluirla en la dieta será un acierto siempre.
Receta de Pencas a la navarra
Ingredientes
650 gr de pencas de acelgas
65 gr de almendras crudas
100 gr de jamón serrano en tacos
125 ml de vino blanco
3 dientes de ajo
Harina
Pimentón
Agua, pimienta y sal
Aceite de oliva virgen extra
Preparación
Primero separamos las pencas de las hojas. Las lavamos bien y le quitamos las hebras. Las cortamos en trozos de unos 4 cm. y las ponemos a cocer en agua con sal durante unos 20 minutos aproximadamente. No tiramos el agua de cocción porque la vamos a necesitar.
En una sartén con un chorro de aceite de oliva ponemos los ajos picados y los doramos. A continuación incorporamos las almendras y las tostamos ligeramente. Sacamos a un recipiente y reservamos.
En la misma sartén donde hemos tostado las almendras, añadimos un poco de aceite de oliva, media cucharada de harina y la cocinamos unos minutos. A continuación echamos en la sartén el pimentón y el vino blanco. Dejamos cocinar unos minutos hasta que se evapore el alcohol.
Cogemos el caldo donde hemos cocido las acelgas y las almendras y los ajos que teníamos tostados y lo trituramos de manera que quede grueso.
Lo incorporamos a la sartén con el pimentón y dejamos que hierba unos cinco minutos junto con las pencas.
Sofreímos los trocitos de jamón en una sartén y servimos las pencas con el jamón decorando por encima.